El sencillo hábito diario que cambió mi vida financiera: un minuto al día para crear abundancia

JORGE BENITO

¿Y si te dijera que en solo un minuto al día, y en ocasiones menos que eso, puedes cambiar por completo tu vida financiera?

Se trata de un sencillo hábito diario que la mayoría de las personas con una elevada madurez e inteligencia financiera tienen incorporado, y que tú también puedes empezar ahora mismo porque no requiere de ningún conocimiento. No te hace falta saber de economía, no tienes que hacer ninguna inversión y no necesitas estudiar nada. 

Es algo muy sencillo que vas a poder empezar a hacer hoy mismo.

En este artículo voy a tomarme el tiempo para explicarte con detenimiento cuáles son las bases psicobiológicas de este hábito, por qué funciona tan bien a la hora de crear un cerebro abundante… y qué resultados tangibles puedes esperar cuando lo incorpores.

Desarrollando tu inteligencia financiera

La mayoría de las personas que atraviesan por serios problemas económicos suelen apuntar a las siguientes causas: 

  • Me pagan muy poco (es decir, ingresos escasos).
  • Tengo muchos gastos (es decir, desembolsos elevados).
  • La crisis económica me está afectando (es decir, factores socioeconómicos desfavorables).

Las encuestas nos muestran que estas son las 3 principales razones que las personas que atraviesan por dificultades financieras señalan.

Y aunque sin duda se trata de argumentos de peso, curiosamente muy pocas personas apuntan lo siguiente: 

“el problema es que no tengo ni idea de cómo manejar mi dinero, por eso mi vida financiera es un desastre”.

No es fácil reconocer que uno no sabe manejar su propio dinero, lo digo por experiencia. A mí me llevó muchos años aceptarlo, y si pude hacerlo fue gracias a la investigación psicobiológica que yo venía realizando para otro proyecto que no tenía nada que ver con el tema financiero.

Pero gracias a esa investigación descubrí cómo opera el cerebro, y en el proceso también descubrí cómo hackearlo.

Mira, cuando no sabes manejar tu dinero, y en un momento te voy a demostrar que no sabes manejarlo, tu cerebro siente inseguridad ante el dinero.

Cualquier cosa que te hace sentir inseguridad es percibida por tu cerebro como una amenaza, y tu cerebro está biológicamente diseñado para alejarse de las amenazas. Así que tu cerebro, que sabe que no tienes dominio sobre tu vida financiera, percibe al dinero como una amenaza de la que debe apartarse. 

Por eso te empuja a la escasez y la carencia. Quiere asegurarse de que tengas el mínimo contacto posible con esa amenaza llamada dinero, y una vía infalible para lograr ese fin es la pobreza. 

Cada vez que piensas en dinero, hablas de dinero, escuchas a otros hablar de dinero o manejas dinero, tu cerebro le ordena a tu sistema nervioso que active una respuesta de protección, el famoso modo de lucha o huida, para así minimizar tu contacto con el dinero.

Por mucho que te sorprenda, el dinero no te elude. Tú lo estás eludiendo.

Mi experiencia personal

Cuando yo me di cuenta de que mi verdadero problema era que mi cerebro sentía inseguridad ante el dinero y, por lo tanto, lo percibía como una amenaza de la que debía alejarse, me pregunté: 

“¿Qué puedo hacer para que mi cerebro deje de sentir esa inseguridad hacia el dinero? Sé que debo recuperar el dominio de mi economía personal, pero no quiero ponerme a estudiar conceptos avanzados de economía ni quiero ser un catedrático de las finanzas. Necesito algo básico que pueda empezar a hacer ahora mismo, con lo que ya tengo y con lo que ya sé, y que provoque que mi cerebro sienta seguridad y confianza ante el dinero.”

Si me sigues, ya sabes que yo soy un fiel creyente de los hábitos. Para mí las pequeñas acciones cotidianas que repetimos a diario son la mejor forma de generar resultados masivos, así que empecé por ahí.

Me puse a investigar a personas financieramente exitosas con la intención de identificar patrones y hábitos muy básicos y muy sencillos que yo también pudiera implementar de inmediato. 

Como te digo yo no tenía intención en conocer sus estrategias de negocios, su portafolio de inversiones o sus secretos para escalar sus empresas. Yo quería algo básico porque sabía que el entrenamiento mental más eficaz es la repetición de lo simple. 

Y pronto encontré lo que había estado buscando. Al investigar descubrí que la clave para adquirir ese dominio de tu economía personal o familiar es el hábito de la Conciencia Financiera.

Tu cerebro no necesita que seas un experto en finanzas para sentirse seguro, solo necesita sentir que eres consciente de tu economía personal día a día.

Pero no lo eres. No tienes conciencia financiera.

Y te lo puedo demostrar.

El objetivo no es convertirte en un loco controlador, sino entrenar a tu cerebro para que el dinero deje de generarle rechazo.

No tienes conciencia financiera

Responde a esta pregunta: ¿Cuánto dinero gastaste el 17 de julio de 2019?

Ni idea, ¿verdad?

Yo sí.

Compré ropa, Q208. Cené en el centro comercial Oakland Mall de Ciudad de Guatemala, Q140. Me compré un helado, Q29. Pagué el estacionamiento del vehículo, Q20. Y fui en Uber a comprar al mercado y a un supermercado llamado La Bodegona, Q100 en total.

Soy plenamente consciente del comportamiento de mi dinero porque lo tengo registrado. Registro cada pequeño movimiento.

Cada día me tomo el tiempo para conocer qué hago con mi dinero, cómo lo hago y porqué lo hago.

Y como soy 100% consciente del comportamiento de mi dinero, mi cerebro se siente seguro. Sabe que tengo el dominio de mi economía y que todo está bajo control, no hay necesidad de protegerse.

Si no llevas este registro, si no tienes conciencia financiera, tu cerebro siente inseguridad frente al dinero y lo percibe como una amenaza de la que debe protegerse. Así que te aleja del dinero para que no tengas que exponerte a ese peligro.

Pero puedes cambiar esto. Y te lleva un minuto al día. 

Se trata simplemente de llevar un registro de cada movimiento. En un momento te digo cómo lo hago exactamente.

Al registrar conscientemente todas esas salidas de dinero, tu cerebro siente que tienes total dominio consciente sobre tu economía.

Así que deja de protegerse y emplea su energía en lo opuesto, el crecimiento.

Esos son los dos modos básicos en los que tu cerebro puede operar, no hay más. O está en protección o está en crecimiento. Sistema nervioso simpático y sistema nervioso parasimpático.

Al sentirse cómodo y activar el modo de crecimiento, va a acercarse al dinero con apertura y curiosidad, y va a poner sus reservas cognitivas al servicio del crecimiento económico, la abundancia. 

Cuando empieces a llevar este registro consciente, lo primero que va a suceder es que vas a ver con una claridad absoluta qué estás haciendo con tu dinero, y te aseguro que vas a identificar de inmediato cómo tapar tus fugas de dinero. Lo vas a ver muy claro porque lo vas a tener delante, va a resultarte muy sencillo tomar esas decisiones.

Y al mismo tiempo tu cerebro, que ya no se protege del dinero, va a movilizar sus reservas cognitivas hacia la búsqueda de oportunidades que te permitan aumentar tus ingresos. Y las va a encontrar. Va a suceder, seguro. Tu cerebro es un órgano increíblemente sofisticado que siempre encuentra la forma de poner delante de ti lo que sabe que estás buscando.

Va a rastrear las redes neuronales en busca de información relevante que te ayude a crecer económicamente. Y va a rastrear el entorno en busca de lo mismo. Te van a llegar ideas y te vas a encontrar en situaciones que van a ayudar a crecer.

Así que recuerda que el objetivo de esta técnica de registro consciente no es convertirnos en unos tiranos controladores de nuestros gastos, sino entrenar al cerebro para que sienta que el dinero es un área de nuestra vida que tenemos dominada, y con ello deje de protegerse y se oriente al crecimiento económico.

Mi técnica de un minuto

Mira, voy a contarte cómo es el sencillo documento donde registro estos gastos.

En mi caso yo uso una hoja de cálculo de Google porque es lo que más me gusta, pero tú puedes usar Excel y hasta lo puedes hacer manualmente si quieres.

El documento tiene dos partes, una de gastos fijos y otra de gastos variables.

La parte de gastos fijos está ahí para ir registrando todos esos gastos que no cambian mes a mes: la luz, el gas, la basura, el internet, la escuela de las niñas, el gimnasio…

Y en la parte de gastos variables voy apuntando esos gastos que van surgiendo, pero de forma genérica: supermercado, tanto. Gasolina, tanto. Uber, tanto. Lo que voy gastando. Pongo el concepto y la cantidad.

Ni siquiera soy exhaustivo. Cuando voy al supermercado, no apunto todos los artículos que compro. Solo reflejo el total porque como te dije mi objetivo no es controlar mis gastos. Mi objetivo es mandarle un mensaje claro a mi cerebro: “tranquilo, que yo mi dinero lo tengo dominado”. 

Y al final de cada semana voy haciendo una suma del gasto que he tenido en los 7 días. Y al final de mes, sumo los gastos variables de cada semana y los gastos fijos, y listo, ya tengo conciencia financiera, que es lo que realmente busco.

Y solo lleva un minuto al día. A veces ni eso.

Mi hoja de cálculo donde registro mis gastos a diario. Como ves, no es nada sofisticada.

Excusas, excusas y más excusas

Mira, te cuento algo muy interesante. 

Todo esto que acabo de compartir contigo también he tenido la ocasión de compartirlo con muchas personas en los últimos años, y lo que más me ha llamado la atención es ver cuánto se resisten a algunas personas a hacer algo tan sencillo como dedicarle un minuto al día a llevar un registro de gastos.

Encuentran todo tipo de justificaciones y excusas para no hacerlo. “Eso no sirve para nada, yo ya sé lo que gasto…”

Y curiosamente, la gente abundante, que no tiene necesidad de registrar cada pequeño gasto porque tienen dinero de sobra para permitirse cualquier capricho, es la que sí suele hacer esto. Ellos sí tienen este hábito incorporado.

Pero la gente pobre, que debería poner mucha más atención porque no disponen de tanta liquidez y tienen que ser muy cuidadosos con sus gastos, no lo hacen. No registran sus salidas de dinero de esta forma.

Curioso, ¿verdad?

Yo personalmente te animo a incorporar este hábito ahora mismo. Empieza hoy.

A mí me ayudó a salir de la inseguridad financiera que me tenía atrapado en la pobreza mental y material, y me ayudó a moverme a la claridad, la confianza y la aptitud que yo necesitaba para transformar por completo mi economía.

Y a ti te ayudará a lograr lo mismo.

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